Entrenamiento en el trabajo
1 de agosto de 2015

Trabajar en una oficina suele implicar pasar mucho tiempo sentado en el escritorio. Es fácil sentirse atado a él, con llamadas que contestar, correos que redactar y hojas de cálculo que rellenar. Si dedicas un tiempo a romper con la jornada laboral y haces pequeñas dosis de ejercicio, es probable que tu productividad aumente, además de que tu salud mejorará y te sentirás mejor. Incorpora un poco de ejercicio a tu jornada laboral con estos consejos.
Cómo llegar allí
Aunque no todos tienen el tiempo suficiente para desplazarse al trabajo, caminar, correr o ir en bicicleta al trabajo es una excelente manera de incorporar ejercicio a tu rutina diaria. Si conduces, no te preocupes por encontrar el mejor sitio; mejor, aparca en la parte trasera de tu oficina para dar un paseo más largo.
Escalera
Eliminar los viajes en ascensor de tu vida diaria es otra gran estrategia. Subir las escaleras siempre es una oportunidad para quemar calorías en la oficina. Si puedes hacerlo sin sudar mucho, ¡empieza tu jornada laboral subiendo las escaleras corriendo!
Dar un paseo
Rompe el letargo frente a la pantalla caminando. Camina por el edificio. Da una vuelta por los cubículos. Camina hasta las oficinas o espacios de trabajo de tus compañeros para hablar de un asunto en persona en lugar de enviar un correo electrónico. Cuando tengas tiempo libre en el trabajo, intenta dar un paseo de 10 minutos en lugar de navegar por internet o jugar con el teléfono.
Haz ejercicio durante tu hora de almuerzo
Si el tiempo lo permite y a tu jefe le parece bien, ve al gimnasio a hacer ejercicio rápido o sal a caminar durante tu hora de almuerzo. Puede que no registres tu entrada, pero al final serás más productivo que si te quedas sentado almorzando en tu escritorio.
Usa lo que tienes
Muévete usando tu escritorio y silla. Haz flexiones de pie agarrándote al escritorio. Prueba a hacer fondos con la silla (si no es giratoria). Si tu silla gira, ejercita abdominales y oblicuos manteniendo los pies en el suelo, agarrándote al escritorio y girando la silla de lado a lado.
Haz un ejercicio cada vez que te levantes del escritorio (para tomar un café, agua o ir al baño). Si puedes, las flexiones, los abdominales, las zancadas pliométricas o las sentadillas con salto te ayudarán a mantener la circulación sanguínea en un santiamén (y son excelentes para iniciar conversaciones).
Considera sentarte sobre una pelota de estabilidad en tu escritorio para fortalecer el torso y mejorar tu postura general. No es necesario que reemplaces la silla de tu escritorio por completo, pero puedes intentar cambiarlas de vez en cuando para obtener mejores resultados.